Maceió

Brasil

Lo que más llama la atención de quienes llegan a Maceió es el mar de color variado –ora verde, ora azul– y el sol, presente casi el año entero, que hace que el agua se encuentre siempre templada. El origen de su nombre es indígena y significa lugar de «Maçayó», que originariamente significaba Tierra Inundada.

Historiadores afirma que la capital de Alagoas nació de un antiguo ingenio de azúcar, alrededor del siglo XVIII. Para otros, por ser playera, su surgimiento está relacionado con una pequeña villa de pescadores. La ciudad sobresale económicamente por la pesca de peces y crustáceos y por la importancia del azúcar, producto responsable de más de la mitad del movimiento del Puerto de Maceió, lo que hace que este tenga el mayor terminal azucarero del mundo.

Maceió cuenta con una desarrollada infraestructura turística, con hoteles de diversas categorías, posadas y albergues, gran parte de los cuales en el paseo marítimo. En las playas de Pajuçara, Ponta Verde y Jatiúca, hay restaurantes y quioscos (chiringuitos) en el paseo marítimo (muchos con música en vivo) que sirven platos a base de mariscos. Una de las exquisiteces locales es el sururu, marisco de concha semejante al mejillón característico de la región que merece la pena apreciar.

Al final de la tarde, el paseo marítimo se convierte en una pasarela perfecta para practicar actividades físicas o simplemente para disfrutar la puesta del sol.

La cultura local es expresiva e impresiona principalmente por su rico folclore, además de sus artistas, escritores y músicos conocidos internacionalmente, como el cantante Djavan. Entre las manifestaciones folclóricas figuran los folguedos (fiestas populares), como la Cavalhada (caballeros representan las luchas medievales entre moros y cristianos), el Bumba Meu Boi (coreografía de danzas dirigida por un hombre disfrazado de buey) y el Reisado (escenificación de Navidades, en que los participantes representan reyes, payasos y estrella). La artesanía está representada por la renda filé (encaje o bordado ejecutado con hilos de colores en un bastidor) y por la cerámica, y que encanta a todos por su originalidad y belleza.

La Playa do Francês, a 20 km del centro de Maceió, es una de las más bonitas de Brasil, con aguas protegidas por una pared de arrecifes que hace que estas se mantengan plácidas y cristalinas.

También es posible conocer playas más apartadas hacia el norte, como Mirante da Sereia, Riacho Doce, Garça Torta y Guaxuma.

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