Marruecos

África del Norte

Distanciándose apenas 14 kilómetros del continente europeo, es un destino especialmente interesante por quienes desean conocer una cultura distinta; pero ello no es, ni mucho menos, la única razón de empuja año tras año a los viajeros a visitar (y re-visitar) el país.

Marruecos brinda un abanico de posibilidades a todo el que se atreva a adentrarse en él; además sus orgullosos ciudadanos se han esforzado por preservar su identidad y costumbres. Si a esto le unimos su heterogeneidad, nos encontramos con un país que proporciona un sinfín de experiencias congeladas en el tiempo.

Podrás recorrer sus medinas mientras esquivas el transporte con burros, dormir en pleno desierto del Sáhara bajo una jaima o incluso transitar por ciudades más avanzadas como su capital, Rabat, a la vez que sus continuas llamadas a la oración te recuerdan que nunca perderán aquello que les identifica.

Que ver ?

-Marrakech

Mezquita Koutoubia: La mezquita Koutoubia es la más importante de Marrakech y fue una de las mayores del mundo islámico cuando finalizó su construcción en 1158.

Plaza Jamaa el Fna: La Plaza de Jamma el Fna es la plaza central de Marrakech y el lugar más importante de la medina. En ella se desarrolla la vida pública de Marrakech tanto de día como de noche.

El Zoco: El Zoco de Marrakech es la cuna del regateo, es un laberinto de callejuelas llenas de puestos y tenderetes donde todo el mundo hace sus compras.

Palacio Bahia: El Palacio Bahia es una de las obras arquitectónicas más importantes de Marrakech. Fue construido a finales del siglo XIX.

-Tánger

Tánger es reconocida por su fuerte identidad multicultural, forjada a mitad del siglo pasado cuando fue distinguida como una gran ciudad cosmopolita y lugar de interés de numerosos artistas y demás gente influyente, teniendo su razón de ser en dos hechos fundamentalmente: la promoción que de ella hizo Eugéne Delacroix y su nombramiento como ciudad internacional en el 1925;

El primer aviso de esta particularidad será el Hotel Continental, que nos recibirá a nuestra llegada en barco y que ha alojado celebridades internacionales como Pío Baroja o Winston Churchill. La medina de la ciudad subrayará esta propiedad, entrelazando estrechas callejuelas con amplios vacíos, como la plaza del 9 de Abril o los jardines de la Mendoubia. Otro testigo será el antiguo Cinema Rif, reformado y reconvertido en foco cultural, apostando en su cartelera por el cine de autor y abarcando otras funciones como talleres o una biblioteca.

Si avanzamos a la ciudad nueva, desde el momento en que pisemos su calle principal, el Boulevard Pasteur, observaremos como la influencia extranjera se multiplica, con otros ejemplos como el Gran Teatro Cervantes o el Hotel Minzah, levantado por un aristócrata británico. La zona costera, emplazamiento del Cabo Espartel o las Grutas de Hércules, acoge también esa pequeña joya llamada Café Hafa, definida con una serie de escalonadas terrazas que miran y abrazan al mar y donde Paul Bowles, Sean Connery o Jimmy Hendrix han disfrutado de un té al atardecer.

Por último no podemos obviar su gran oferta de eventos de enfoque internacional, con ejemplos como el TANJAzz o el Festival de Flamenco Internacional.
Tánger es, por tanto, el perfecto punto de partida al país. Una ciudad de clara identidad universal. El lugar más equidistante entre Marruecos y el resto del mundo.

-Casablanca

Teniendo en cuenta que su nombre es sinónimo del amor, Casablanca constituye un atractivo destino romántico en la costa de Marruecos. Aunque en la actualidad es una ciudad grande y moderna, todavía recrea muchas escenas de película para aquellos que quieran revivir el romance de Bogart y Bergman en la medina y el casco antiguo. Casa (como le llaman sus habitantes) no es demasiado turística, aunque ofrece sitios que merece la pena visitar, como la mezquita del Rey Hassan II, con el minarete más alto del mundo.

- Tetuán

Medina: Indiscutiblemente, la medina de Tetuán guardan un encanto y entidad que la convierten en una visita imprescindible. Hecha de cal, ladrillos y sillares, conserva magníficamente su fisonomía y su arquitectura propia, por lo que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997. Es muy bulliciosa, con calles sinuosas llenas de tiendas y zonas que se abren a hermosas y tranquilas plazas, callejas largas y estrechas, rincones con mucho encanto y grandes puertas. Con un perímetro amurallado de cinco kilómetros, se abrieron siete puertas que históricamente permanecían cerradas por la noche por motivos de seguridad. La muralla resguarda los cinco barrios que la componen: al-Ayun, Trankats, al-Balad, Souiqa y Mellah.

Paza Hassan II: La plaza de Hassan II, plaza de España en la época del protectorado, está presidida por el Palacio Real, de estilo hispano-morisco, punto de encuentro entre la medina y el ensanche. Está rodeada de importantes monumentos, como la Mezquita del Pachá Ahmed ibn Ali al-Rifi y dos zawiyas con alminares bellamente decorados.

Plaza Suq-Hut: La encantadora plaza Suq al-Hut, tradicionalmente la plaza del pescado y que actualmente alberga mercadillos de tejidos y telas. Desde aquí se divisan las murallas almenadas y las torres de la antigua Kasba de Sidi Ali al-Mandri.

Museo Etnogràfico: Junto al Bab al Okla se encuentra el Museo Etnográfico, que ocupa una antigua fortaleza del siglo XIX. Sus instalaciones se dividen en dos espacios: el jardín interior, con unas estupendas vistas panorámicas de parte de la ciudad con el mar mediterráneo y el río de fondo, y el edificio de dos plantas en donde encontraremos varias salas de exposiciones. Sus colecciones nos muestran muchos aspectos de la vida tradicional, cultural y religiosa de la región. De sus tradiciones artesanales destacan las piezas de azulejos, cuero y alfarería. También se muestran manifestaciones del arte del bordado, trajes tradicionales, joyas, etc.

En su calle principal, La Luneta, muy nombrada en la novela “El tiempo entre costuras” de María Dueñas, todavía se puede apreciar el esplendor que tuvo con sus suntuosas casas, muchas de las cuales tienen las fachadas recubiertas de azulejos de la Cartuja de Sevilla, y el antiguo teatro Reina Victoria. Esta calle nos conduce nuevamente a la plaza de Hassan II, punto de partida del anterior artículo sobre esta ciudad.

-Fez

Medina Faz El Bali: aberíntica, caótica y atestada, la Medina Fez el-Bali comprende la zona más antigua de la ciudad y data del siglo VIII. La Medina Fez el-Bali comprende más de 300 barrios y 9.000 callejones, gran parte de ellos sin salida. Aunque la norma ya no se aplica, antiguamente cada barrio contaba con una mezquita, una escuela coránica, un horno, una fuente y un hammam.

Volúbilis: es una antigua ciudad romana donde se encuentran los restos arqueológicos mejor conservados y más visitados de Marruecos. La zona fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997.

Medina Fe El-Jdid: En la Nueva Medina se pueden destacar dos lugares de especial interés: el Palacio Real, que por desgracia no se puede visitar, y el Barrio Judío (Mellah), donde la arquitectura y sus mercados determinan la zona.

Lo más interesante de Fez el-Jdid es recorrer las calles principales del Mellah (especialmente el Boulevard Bou Ksissat) observando los balcones con vistas hacia la calle, algo impensable en las construcciones musulmanas tradicionales. También merece la pena destacar el mercado árabe, asentado en la calle Grande Rue de Fes el Jdid, y el mercado cubierto, al inicio de la misma calle. Del Palacio Real sólo se puede contemplar sus enormes puertas de latón, rodeadas de azulejos y madera de cedro tallada.

Barrio Andaluz: La ribera andaluza se caracteriza por la originalidad de sus edificios religiosos y por las actividades artesanales de sus habitantes. Uno de los lugares más importantes del Barrio de los Andaluces es la Mezquita de los Andaluces, construida entre los años 859 y 860, que se caracteriza por su llamativo minarete verde y blanco.

La Mezquita de los Andaluces es el lugar perfecto para comenzar a explorar el histórico barrio, recorriendo sus estrechas callejuelas y conociendo algunas de las medersas que fueron construidas en los alrededores a principios del siglo XIV.

Barrio Judío: Situada en el corazón de la Medina Fez el-Jdid, junto al Palacio Real, "la Mellah" es una de las zonas más tradicionales y antiguas de Fez. La mejor forma de conocer el Barrio Judío de Fez es recorrer su calle principal (Rue Mellah) y aventurarse hacia las estrechas callejuelas laterales para recorrer los que antiguamente fueron lujosos mercados de tela, que hoy en día se han convertido en simples tiendas de ropa

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